Crecí en una casa sin rejas y un jardín,
con árboles frutales en el fondo,
no faltaban el gallinero ni tampoco el galpón,
y eramos felices con tan poco...
Mis días de colegio y mi infancia eran la gloria,
recuerdo la vuelta a casa cruzando la plaza corriendo,
tratando de llegar primero a las amahacas...
La merienda, los deberes y luego a jugar un rato,
hasta la hora de la cena que era lo mas sagrado,
un baño, la comida, un beso y a dormir,
a reponer energía para el otro dia a la mañana...
El fin de semana era la felicidad,
levantarte a las diez y todo era una fiesta,
la leche, el bizcochuelo y el pan con manteca,
y directo a jugar o a andar en bici todo el día...
La mancha, la escondida, las figus o las bolitas,
esa fraternidad con los chicos que hoy ya no existe,
crecimos en la calle y nunca nos paso nada,
y fuimos tan felices con tan poco...
La vida era distinta y la sociedad mucho mas sana,
estábamos hasta la noche jugando en la vereda,
nuestra cuadra era una cancha de fútbol, de paleta,
una cancha de vóley o una pista de autos de carrera...
Donde han ido a parar todos estos momentos que vivimos,
solo han quedado guardados en nuestro recuerdo,
dicen por ahí que todo tiempo pasado fue mejor,
y viendo los resultados creo que es absolutamente cierto...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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