Me excita el sensual erotismo de tu negra sombra,
porque es el costado perverso y ambiguo de mis pensamientos,
que me atormentan de una forma profana y prohibida,
cuando tus caricias liberan mis gemidos mientras me tocas...
Soy un rayo de luz entre los claroscuros de tus sábanas,
la reacción quimica perfecta que desencadena tus deseos carnales,
allí despojados de toda la ironía mundana,
lo profano y lo sagrado juegan a la alquimia de la seducción...
Soy las respuestas que surgen de tus interrogantes,
soy esa duda entre lo permitido y lo prohibido,
soy esa línea permeable entre lo normal y lo bizarro,
y soy el que te calma y a la vez te hace perder la cordura...
Mis profanos versos se mezclan con tus gemidos reprimidos,
y tus manos ansiosas recorren cada centimetro de mi cuerpo,
el pecado me subyuga, me sienta bien y me libera,
de los obscenos pensamientos que dan vueltas dentro de mi cabeza...
En la oscuridad de la noche entre jadeos y sudor te sigo llamando,
no conozco tu nombre como tampoco conozco tu vida,
sé que estás ahí, puedo sentirte y no quiero quitarte de mi cabeza,
porque aunque no sepa tu nombre, dentro de mi mente siento que ya te he hecho mía...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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