Entre rosas y serpientes caminamos día a día,
esquivando las espinas y el veneno de la vida,
navegando a la deriva sin llegar a ningún lado,
donde el día se hace noche y la noche es mi guarida...
Las palabras que me hieren y la envidia que lastima,
los errores del pasado y la miseria humana misma,
ahí dónde se pagan las cuentas y los saldos que debemos,
en el callejón sin nombre ese que todos conocemos...
Entre rosas y serpientes nos volvemos escorpiones,
escuchando en el silencio y respirando el mismo aire,
agazapado en un momento con la virtud del zorro viejo,
para ponernos a salvo de un artero golpe certero...
Necesito sacar esta estaca de mi alma entumecida,
para volver a ser el hombre que manejaba su vida,
recuperando los valores que había aprendido de pequeño,
apartando las influencias que me los habían hecho olvidar...
Entre rosas y serpientes lloramos noches enteras,
tratando de volver a creer en lo que ya nadie creía,
saldando cuentas con el destino a cambio de nuestro tiempo,
para seguir, para sobrevivir o sólo para no morir en el intento...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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