Cuando te vayas se detendrá mi vida,
y a partir de entonces solo seré la nada,
se irán contigo cada una de mis ilusiones,
y moriré de a poco al no despertar a tu lado en las mañanas...
La noche más larga será mi compañía,
con el silencio vacío que dan las despedidas,
las sábanas blancas ya no lucirán en tu lecho,
porque nuestro cuarto será el santuario de un recuerdo...
En el tocador quedarán todas tus cosas,
aunque tus cepillos ya no acaricien más tu pelo,
en tanto las hojas del viejo fresno del jardín,
caerán en silencio para ocultar tu ausencia...
Me sentiré el mendigo de esos venenosos besos,
esperando las migajas de un amor que me desangra,
y como un cuchillo en los dientes será esa dulce venganza,
para calmar el dolor que me causan tus palabras...
Renacer desde el fuego y desde el fondo de las cenizas,
esperando la lluvia para limpiar mis heridas,
como un manantial de versos para contarle al viento,
que a pesar de todo sigo eligiendo la vida...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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