Azules de aguas profundas,
idilios de sutiles pensamientos,
mares matizados con cielos diáfanos,
hielos eternos que llevan siglos esperándote...
Rojos de pasiones subyugadas,
con fluidos de aromas concentrados,
perfumando flores de misterios,
y pintando labios abisales...
Verdes esperanzas orbitales,
con halos de fantasía,
tapizando sombras de jardines,
sin plantas ni vegetación...
Amarillos de ocasos de las tardes de agosto,
soles que se apagan al anochecer,
mandriles asustados por las sombras danzantes,
espectros de la noche que vuelven a aparecer...
Negros cáusticos como espumas tóxicas,
puertas cerradas a la imaginación,
baches sin fondo que se tragan el tiempo,
como silentes orgías de la persuasión...
Blancos manchados de ilegales estrellas,
partes de un todo que se empieza a armar,
archivos brillantes de mentes sagaces,
ideas fugaces de la creación...
Violeta que calmas y sociegas mi conciencia,
luz que reparas mi sentido interior,
llenas de energía mis silencios supremos,
impulsando los latidos de mi corazón...
Infinitos colores magistrales,
que gobiernan nuestro espectro interior,
prismas que armonizan almas tecnicolores,
arcoíris de la vida que protegen la esencia de nuestro amor...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina 🇦🇷
D.R.A.
