Una luz que inventamos,
en un amanecer sin sol,
una noche que agoniza,
entre lagrimas de amor,
un café que compartimos,
en el bar de la estación,
el silencio dijo todo,
eramos solo vos y yo...
Esa luz que inventamos,
ilumino nuestra pasión,
encendió nuestros sentidos,
y cerro las puertas del dolor,
abrió las puertas a la vida,
abrió el camino a algo mejor,
nos hizo ver que estamos vivos,
que estamos frente a un gran amor...
Esa luz que inventamos,
en un amanecer sin sol,
en la noche que agonizaba,
entre lagrimas de amor,
ese café que compartimos,
en el bar de la estación,
fue el comienzo de un camino,
fue el inicio de este amor...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
