El sol calienta mis cansados y viejos huesos,
llenos del frío de la mañana que golpea en las calles,
la helada blanca corona los pastos de las veredas,
y me dice que el crudo invierno ya llego...
Un café caliente para este despertar,
y el vapor de la taza que hace viajar mis pensamientos
una vida resuelta y un pasar sin sobresaltos,
y una ventana por donde veo la gente que viene y va...
El rocío en las hojas de las rosas de la cuadra,
la imagen de los leños crepitando en el hogar,
y el humo de la chimenea dibujando en el cielo,
que la felicidad hoy tiene cara de tibio hogar...
Un lugar para guarecer mis ojos cansados,
un cuarto sencillo donde descansar mis años,
un cálido silencio donde meditar mis silencios,
y la paz de una vejez a la luz del candil del sol...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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