Era tarde ya y el maldito sueño no llegaba,
me levante mil veces y eran casi las tres de la mañana,
el insomnio había podido otra vez conmigo,
no daba más y solo quedaba esperar hasta el amanecer...
Llego la luz del día y las ojeras dibujaban toda mi cara,
pero este dia ya lo arrancaba fatal, cansado y sin dormir,
la radio apenas le puso sonido a esa molesta mañana,
pero aún me faltaba algo y ese algo eras tú...
El café de la mañana con su aroma a recién hecho,
me trajo el recuerdo de tu imagen en tu silla de la cocina,
y de pronto en el humeante vapor de esa taza,
apareció tu dulce rostro que me hizo estremecer...
Volví a ver los hermosos momentos de nuestra vida,
los que hemos vivido juntos día tras día,
esos que hicieron de nuestra corta historia,
una inmensa historia como fue nuestro amor...
Fue algo mágico, tierno, rozando lo increíble,
era como que te tenia frente a mi haciendo las tostadas,
tuve la sensación de que desayunabamos juntos,
estabas conmigo, si..., habías regresado...
Aunque fue algo tan efímero que sólo duro lo que duro la taza de café,
me lleno de magia, de vida y me encendió de luz,
ojalá todos mis desayunos se llenaran con la luz de tu magia,
para que mi paso por la vida sin ti sea menos doloroso...
La vida es tan difícil sin ti porque te veo en cada detalle,
todos mis caminos y mis sueños quedaron inconclusos,
y solamente espero el instante sublime,
en que la muerte me vuelva a reunir contigo...
Ese sera el momento de nuestra eternidad,
en el que volveremos a estar desayunando juntos,
en algún bar o algún café del verde paraíso,
después de cruzar el arcoíris para no separarnos nunca mas...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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