Pase el día pensando en ti y ahora me cubrió el velo de la noche,
mientras el fuego de la hoguera me regala algo de calor,
mis pensamientos se elevan y me llevan siempre hacia ti,
para que simplemente me lleves a las puertas de otro idilio...
Casi entrada la madrugada con una copa de nostalgia,
acompañado por esos recuerdos que me pueden,
con un coñac para entonar mi viejo corazón herido,
y el reflejo del fuego que me hace verte ahí...
Otra noche usurpando el espacio de mi soledad,
queriendo superar la autonomía de mi propio fracaso,
para decirme a mi mismo que valía mucho más que todo eso,
con otra copa de nostalgia y el crepitar de un adiós...
El sillón me invita a evadirme del mundo por un rato,
dejando de lado los momentos reflexivos,
para soñar aunque sólo sea algunas horas,
con el mágico equilibrio entre el amor y la pasión...
La monótona y candente letanía de la madrugada,
se diluyó con los gorgeos de las primeras gaviotas,
los inhóspitos fiordos se llenaban de luz,
y las sirenas de los barcos a lo lejos me avisaban que había amanecido...
Por la ventana entraba un tímido rayo de sol,
y fue la hora perfecta para tenerte en mis sueños otro rato,
para volver a sentir cerca de mis oídos tu respiración,
y para soñar con la vida que dulcemente nos amo tanto...
Me fui con las gaviotas en busca de otro mar,
me fui en el deseo de ser otro hombre con otro amor,
me despertó el ruido y estaba sólo en medio de la habitación,
mientras una gaviota perdida picoteaba el vidrio de mi ventana...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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