Apenas rompía el cascarón como un pollito,
si ni siquiera sabía atarme los cordones de los zapatos,
sentía que me arrancaban de los brazos de mi madre,
y lloraba porque no me quería despegar...
Solo eran diez o quince cuadras,
la distancia que había hasta el colegio,
y mi mundo se quebraba,
porque tenia miedo de volar...
Entre llantos y berrinches,
encontré tu mano firme,
y tu figura dulce y comprensiva,
calmo mi angústia y me llevo a caminar...
Eran tus primeras experiencias como docente,
y la gran maestra que llevas adentro,
llenaba toda tu esencia,
y la ternura era la que te hacia brillar...
De a poquito y muy dulcemente,
te fuiste convirtiendo en alguien especial,
lograste vencer mis miedos y le pusiste alas a mi pre-escolar...
Tu tarea fue gigante,
a través tuyo comencé a soltar mis pasos,
y has sido la responsable,
de que pudiera despegar...
Juntos comenzamos sin saberlo,
un camino de formación y de enseñanzas,
y junto a ti he dado mis primeros pasos,
para ser hoy un hombre cabal...
Fuiste mi primer maestra,
fuiste mi Señorita Alicia,
y a lo largo de mi vida,
jamas he tenido otra maestra igual...
En los recuerdos de mi infancia,
quedo tu imagen grabada,
en ese abrazo que contenía,
toda mi inseguridad...
Mi camino por la vida,
me ha hecho transitar muchos lugares,
y hoy que la vida ha pasado,
tengo la dicha de tener tu amistad...
De recordar lindos momentos,
de mirar hacia el pasado,
de cerrar los ojos como soñando,
y transportarme a esos momentos del ayer...
Mi querida señorita Alicia, sos, fuiste y seras siempre,
el mejor recuerdo que la docencia ha dejado en mi,
porque hace cincuenta y tres años que formas parte de mi vida,
y hasta el dia que me muera te llevare siempre en mi...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, 🇦🇷 Argentina 🇦🇷
D.R.A.
