Golpeaste a mi puerta buscando algo de paz,
un momento de sosiego para tu alma,
nunca imaginaste que ibas a encontrar,
un hombre que te amara tanto como yo...
Quisiste volar alto como las gaviotas,
detrás del marino que alimentara tu pasión,
y solo conseguiste hasta llegar a mi,
mentiras y vagas ilusiones sin sustento...
Golpeaste a mi puerta vencida una vez mas,
sin imaginar que esto sería el principio,
de una intensa historia de amor tan real,
salida de esos cuentos que creabas en tu alma...
Cuando llegaste a mi eras como un despojo,
como los restos de un naufragio a la deriva,
pidiendo por favor quedarte en mi playa,
y de a poco te adueñaste hasta de mi cama...
Golpeaste a mi puerta para no irte mas,
para quedarte conmigo para siempre,
renovaste mis ganas de volver a amar,
y me entregaste tu alma sin pedir nada...
Mi puerta se cerró al fin detrás de ti,
y te has hecho la dueña de mi vida entera,
nuestras almas para siempre volarán juntas,
hasta que el mar se seque en otras vidas...
Mi puerta se cerró y ya no se volvió a abrir,
y ese fue nuestro íntimo santuario sagrado,
donde vivimos el día a día de todo nuestro amor,
que perduró mas allá del tiempo y de la muerte...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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