En la huerta de mi corazón,
están creciendo los brotes,
del árbol de nuestras vidas,
y las flores de nuestras noches...
Las enredaderas del tiempo,
trepandose por las ventanas,
y en los postigones de madera,
el aroma de la flor del sándalo...
Las habichuelas que crecen,
en una escalera al cielo,
las nubes blancas que juegan,
escondiendo los soles de primavera...
En las huellas de mi camino,
quedan grabadas tus huellas,
porque vas tras de mis pasos,
alumbrandome con tu estrella...
En las mañanas aun frías,
cobijas mis viejos huesos,
envolviendo con tu encanto,
los dolores que llevo dentro...
Cuando el sol ha despuntado,
y ya casi es el mediodía,
en las orillas del río,
calmas la sed de mi destino...
El sendero del peregrino,
nos da el reposo del silencio,
donde la mística nos acompaña,
y la espiritualidad nos eleva...
Los paisajes de los verdes bosques,
con las aves surcando el cielo eterno,
las almas liberando sus pesares,
y los monjes develando sus misterios...
Se necesita muy poco,
para subsistir en el trayecto,
tan solo un trozo de pan,
y un generoso vaso de vino...
La paz esta con nosotros,
el trayecto así lo indica,
la vida nos dio el camino,
y la mística el sacrificio...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina 🇦🇷
D.R.A.
