Soñé con damas vestidas de negro y caballeros blancos,
creí que la vida estaba detrás de un disfraz marrón,
la historia venía pintada en espejitos de colores,
y todo el mundo estaba dentro de un set de televisión...
La noche reflejaba de pronto todas tus angustias,
sacaba a relucir su traje de gala en cada ocasión,
el tiempo jugaba inconciente delante de un reloj sin horas,
y el alba acercaba la calma que la noche te robo...
Caminos marchitos de la vía láctea en el cielo,
caminos ocultos dentro de tu corazón mortal,
espacios marcados dentro de un cerebro imaginario,
sonidos que llegan a tus oídos desde tu interior...
Soñé con damas vestidas de negro y caballeros blancos,
girando y girando en un trance único sin parar,
buscando subir a la cola mayor de un cometa,
que transportase a todos por la vida en su luz de adiós...
Soñé con un sol que bañaba las costas de mi alma viajera,
y me alucinaba el delirio de ser algo que de verdad no soy,
viviendo esa imagen distinta de un hecho increíble,
volviendo a este mundo al despertar y ver que estaba solo yo...
Soñé con damas vestidas de negro y caballeros blancos,
surcando los mares de un sueño que no era terrenal,
saltando de pronto de vidas y noches sin tiempos
hasta que el despertar me devolvió a la realidad de ser tan solo yo...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
