Carrozas de fuego despiden mis pensamientos,
corazones sin tiempo cabalgan dentro mio,
junto a las pesadillas inconclusas,
de la morbosidad del interior de mi locura...
Guerrero del arcoiris,
alucinado por la existencia
de la dorada luz marginal del adios,
impresionado aun por haber perdido el limite de la conciencia...
Pasiones subyugadas,
sobre acorazados que surcan un mar a punto de estallar en mil pedazos,
y sumergido entre las aguas corpóreas,
camino sobre el fondo de la felicidad que aun me queda...
Me aflojo y suelto mi sinceridad,
dejo flotar mi imaginación
en los susurros del viento,
intento permanecer ajeno al egoismo que quiere ganar mi alma aun confundida
y me doy cuenta que lo unico que he hecho tan solo fue, volverme viejo...
Eduardo Garrido
Buenos Aires , Argentina
D.R.A.
