Se queman mis sueños y lloran mis rosas,
en el vacío del jardín de las cenizas y las sombras,
donde la luz y el brillo de la esperanza se apagan,
y donde el viento sin ganas susurra un nombre en un adiós...
Las rosas de la vida que un día fueron rojas y bellas,
ahora están marchitas bajo las lágrimas que ha dejado el rocío,
y sus pétalos se cristal caen como la lluvia del cielo,
porque su perfume se ha convertido en el suspiro de un lamento...
Se queman mis sueños y lloran mis rosas en medio de la madrugada,
en este incendio de las pasiónes contenidas en noches de calma,
donde las llamas de la desilusión poco a poco consumen las almas,
y las cenizas de estos sueños cubren nuestro corazón...
Pero en la oscuridad mas cerrada de la noche surge una luz,
una luz que brilla como si fuera la única farola en esta noche,
que guiará nuestros pasos por el camino hacia un nuevo amanecer,
donde las rosas volverán a ser nuestro jardín perfumado...
Se queman mis sueños y lloran las rosas alborotadas,
pero jamás se apagará la llama de la esperanza,
porque en nuestros corazones aún queda una semilla,
una semilla que al fin germinará y dará su bendecido fruto...
Al final de todo cuando las rosas vuelvan a florecer y el jardín se llene,
y cuando mis sueños se renueven con una nueva primavera,
recordaré el pasado de oscuridad y de dolor,
pero también disfrutaré con la luz de una nueva esperanza...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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