La niebla apenas nos deja ver algunas farolas que están cerca,
casi no se ve la luz porque sólo se difumina un pálido reflejo,
y esa sensación tenebrosa que se respira en el aire que nos rodea,
nos da unos escalofríos que por momentos nos hacen temblar...
El ruido del mar aturde el silencio del atardecer,
solo faltaba el pirata cojo caminado por la escollera sur,
los graznidos de las aves buscando algo de alimento,
y otra vez el silencio roto por una ola que se estrella en la oscuridad...
Es el escenario ideal como para una novela de misterio o policial,
para el asesinato perfecto, el atraco del siglo o un crimen sin cadáver,
la cabeza ya nos vuela a mil revoluciones por minuto,
y el muerto, el asesino, el testigo y el escritor se vuelven uno más...
La magia de las palabras llega como la caballería en los western,
y empieza a darle forma a lo que será un cuento o una novela,
los personajes saltan de página en página,
y el best seller que recién empieza ya nos atrapó...
Muchas vidas de ficción pero con relatos tan actuales como reales,
personajes de cartón con diálogos y situaciones tan reales como la vida,
amores, traiciones, vidas truncas y algún héroe dando vueltas por ahí,
nadando en rápidos ríos de tinta para sobrevivir en esa ficción irreal...
Así es la vida de un escritor que día tras día plasma en un papel,
las historias complicadas de esas vidas inventadas,
los amores furtivos y los corazones rotos por pasiones escondidas,
o las intrigas palaciegas de alguna doncella con un misero donjuan...
Un muerto que nunca murió porque se había ido de viaje,
El adoptado que terminó siendo el hijo del patrón,
el pobre desgarbado que termino siendo el principe,
o la monja de clausura que termino siendo tu mamá...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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