Complejos de inferioridad expuestos,
de los autoritarios silencios forzados,
de relaciones quebradas sin mas,
por los amores en guerra constante...
Ilusiones detrás de un cristal esmerilado,
que dejan las emociones reales gastadas,
en el freeshop de una vida oculta,
esperando las respuestas que nunca llegan...
Mariposas negras que vuelan en círculo,
esas que vuelan bajo buscando la tragedia,
elecciones de una conformidad disconforme,
suplicando piedad a un pasado perverso...
Días tristes en esta ciudad sin recuerdos,
esperando el tren para perdernos en el tiempo,
para que nos lleve quizás a algún lugar,
ese lugar del que quizás nunca nos fuimos...
Espejismos baratos que nos tapan la realidad,
a escondidas del sol y sin la luz de las estrellas,
desbordados de conceptos de dudosa moral,
que apenas sostienen nuestros zapatos en el suelo...
Jaulas de terciopelo para un duro corazón,
de gente normal sin vestigios de odio,
provistos con lágrimas secas para no llorar,
y maquillajes patéticos como viejos bufones del rey...
Pragmatismo promiscuo y prostibular,
con persianas cerradas para no ver nada,
para no encontrar el telón del escenario,
donde se representa la farsa soez y cotidiana...
Autobuses vacíos en ciudades atestadas,
que recorren todo el tiempo los caminos de la nada,
para que solo alguna vez nos encontremos tu y yo,
en la oscura, fría y húmeda madrugada...
Madrugada sin tiempo, sin estrellas y sin mañana,
sin espacios, sin lugares y sin cielo azul,
donde solo tuvimos quizás algo de amor,
y tras esa ilusión nos morimos de nuevo...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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