Estoy sintiendo la brisa de tu corazón enamorado,
me llegan los aleteos desde tu felicidad,
caminamos por las calles vacías y sin miedo,
disfrutando del amor y de la libertad...
El mundo nos devuelve la paz de nuestro cielo,
camino por los valles de la inmensidad,
la luna va dejando tras de sí su estela blanca,
y me acurruque en tu pecho para amarte una vez mas...
El cisne de los lagos desplegó su coreografía,
las plumas se han dorado para lucir su disfraz,
las espinas de los cardos acallaron sus silencios,
y la imagen de la vida ahora pesa mucho mas...
Luces y sombras de un joven poeta errante,
caminante con las flores de la felicidad,
espejitos de plateadas lentejuelas nos deslumbran,
pasajeros subterráneos de una agónica ciudad...
Monigotes hechos a mano con arcilla reciclada,
poemas de barro desde la vieja soledad,
artistas callejeros que trabajan a la gorra,
titiriteros de muñecos ventrílocuos de la realidad...
Eduardo Garrido,
Buenos Aires, Argentina 🇦🇷
D.R.A.
