Una taza de recuerdos, un cigarrillo y el alma,
para contar las historias de alguna otra vida más,
sueños de primaveras y de noches sin estrellas,
y amores que se han perdido en medio de una historia más...
Una taza de silencio acompañada de algo,
y un coñac que corte el frío duro de la soledad,
en un camino equivocado de un sábado trasnochado,
y unas lágrimas que quedaron rodando en algún lugar...
Un pañuelo manchado con el rouge de tus labios,
y ese perfume de gata tan a lo Coco Chanel,
una farola encendida en la esquina del aburrimiento,
y el frío que aún se cuela debajo del alféizar...
Esa ventana indiscreta siempre testigo de todo,
guarda todos los detalles como la bitácora de un capitán,
que vio pasar las alondras escapándole a la lluvia,
y a los remolinos del otoño con sus doradas hojas bailar...
Es tan sólo la vida la que nos deja sus recuerdos,
la que nos da esos momentos para volver a sentir,
aunque seamos los responsables de todo lo que nos pase,
nadie nos quitará lo bailado, vamos por otra función nomás...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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