Emociones profusas y sentimientos intensos,
herramientas cabales para ejecutar sus obras,
volcando palabras sutiles y hermosas,
para contar lo que siente por la luna y la rosa...
Retazos de tela unen su corazón mortal,
caminos de hiedra bordean todos sus silencios,
sahumerios de inciensos purifican su alma viajera,
y en la arena de sus playas nacen amores y quimeras...
Conjuros en un papel fijan sus horas señaladas,
frases a flor de piel y finas plumas encantadas,
tormentas incontrolables abaten sus bosques y ciudades,
inocentes fugitivos dejan atrás sus verdades...
Pinares con duendes que se esconden en frases hechas,
gruesas señoras de sociedades bien perfectas,
huérfanos de la calle y sórdidos personajes de tinieblas,
ilusiones que viajan en globo y se alejan de la tierra...
Muchas horas que se le quitan al sueño,
noches eternas de insomnios y desvelos,
noches enteras de cigarrillo y café,
se llenan de versos en una madrugada infiel...
Amores que dejan huellas en historias diferentes,
clamores de la inocencia, libertades inherentes,
en campiñas bucólicas o en montañas agrestes,
paraísos terrenales, ríos, valles o suburbios divergentes...
Todos son terrenos fértiles para sembrar sus poemas,
para ver crecer sus flores y mostrar su primavera,
para desandar caminos y a veces mostrar tristezas
para demostrarle al mundo la sensibilidad del poeta...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
