Lánguidas percepciones de varios fracasos repetidos,
como para hablar con el florero de la mesa del comedor,
míticos relatos de historias que no nos llevan a ningún lado,
y solo nos dejan pensando lo que al final no nos pasó...
El semáforo de las malas lenguas no nos funcionó,
así nos dijimos absolutamente de todo,
y de ese de todo nos arrepentimos tiempo después,
aunque después terminó siendo demasiado tarde...
La carroza pasó por la esquina cosechando calabazas,
y a las doce de la noche volvimos a ser vos y yo,
nuestro ego quedó desparramado por el suelo y tiritando de frío,
en esta noche de invierno que ahora ya no nos sirve de nada...
El vacío nos deja más vacíos y sin fuerzas,
entonces aparecen las preguntas sin respuestas,
o los gritos de las respuestas del silencio,
perdidos en la nada con boleto de ida pero sin regreso...
Ocasos sin puestas de sol ni primera estrella,
otra noche más que no nos lleva a ningún lado,
y otro lado que nos atrapa dentro de un dado que anda a los tumbos en un cubilete,
entonces me volvés a preguntar lo que no puedo responderte...
¿ Como se hace para vivir... ?, o
¿ Dónde se aprende a ser feliz... ?
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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