Me volví negro para que pudieras ser la flor más blanca,
para protegerte siempre de todo lo que estaba mal,
para que tus lágrimas fueran unas hermosas perlas de nácar,
y para que mi amor te cubriera con su manto de felicidad...
Me volví brisa del mar para acariciar todo tu cuerpo,
corazón guerrero para latir sin pausa en tu fogoso pecho,
viento del sur para limpiar las oscuras nubes de tu cielo,
y sol de primavera para entibiar todos tus miedos...
La noche se parece a mi y si no me hablas no amanece,
rituales de encuentros que se volverán a suceder,
y esa noche mágica que guarda en mi todos tus misterios,
me da una copa de vino que otra vez más beberé...
Música para nuestros oidos como una bachata para el corazón,
energía vibrante en cada momento de nuestras vidas,
alegría y esperanzas de una vida llena de amor,
ilusiones renovadas de un futuro pleno de dicha...
Me vestí de negro para que fueras la novia más blanca,
fuimos amor, música, energía, y toda esperanza,
fuimos una rosa blanca y otra rosa negra tan enamoradas,
entrelazadas para siempre desde el corazón y acuñadas en el alma...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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