Hace frío, mucho frío,
imposible estar en las calles,
el viento que vuela mi sombrero,
y el colectivo que tarda tanto en venir...
No veo la hora de poder llegar a casa,
de aflojar la tensión de un largo día,
un calefactor que me de la temperatura necesaria,
y unas pantuflas que me hagan el cable a tierra...
Calor de hogar, quitarme los zapatos,
encontrar la templada calidez,
y preparar unos mates con el agua bien caliente,
me devuelve el aliento y reconforta mi cuerpo...
Este sofá que me invita al relax,
envuelve mi cansado cuerpo como queriendo atraparme,
y yo a estas alturas y en estas circunstancias,
no hago el mas mínimo esfuerzo por resistirme...
Por la ventana del cuarto,
veo como el viento arremolina las hojas,
y a la gente que pasa apurada, escapando de la ola de frío polar...
Invierno, llegaste para congelarme el alma,
para transformar los días de sol en tristes grises,
para secar las flores y quemar los pastos con tu helada,
para poner a hibernar mi corazón...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina 🇦🇷
D.R.A.
