El rocío de la noche,
deja gotas perladas como estrellas,
en las soberbias rosas de un jardín de strass,
pétalos aterciopelados y carnosos
de una rosa blanca,
diosa erguida de la pureza, la dulzura y la paz...
La rosa negra que tanto nos gusta,
tiene el poder de los conjuros
que provoca una sonrisa generosa,
y el poder de un lanzallamas,
hecho de papel maché...
La rosa azul nos llega desde el infinito e inalcanzable cielo,
es el llanto contenido para esa madre que ya no esta,
la calma de ese cielo diáfano,
que aparece después de la tormenta que nos azotó...
La rosa verde del color de la esperanza,
la del descanso del peregrino en la paz del corazón,
la del equilibrio entre la mente y el cuerpo sano,
la de lo espiritual, y lo mundano,
la que nos regala su yin-yang...
La rosa amarilla es la que nos hace brindar por la alegría de vivir,
nos hace festejar al amigo franco y sincero,
al optimismo, a la energía de sentir,
a valorar el culto de la genuina amistad en todas sus formas...
La rosa roja y que decir de ellas,
las eternas rosas rojas,
símbolo del amor, la pasión, el fuego, y el deseo,
el encanto de un amor puro, adolescente, sensual, maravilloso...
La rosas nos regalan su pureza, belleza y majestuosidad,
aparecen en millones de poemas,
que hablan del amor, la paz y la vida,
y es el emblema de los poetas de dulces corazones...
Las rosas en si son poemas sin letras,
imágenes que hablan de si mismas,
que expresan sentimientos, disculpas, perdones, amores y deseos,
que expresan los te amo que muchos labios no se atreven a decir...
Majestuosas, puras, sublimes,
expresivas, suaves, hermosas,
sugerentes, elegantes, únicas,
sencillamente rosas...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
