No le quites las hojas al calendario,
que así no nos daremos cuenta del paso del tiempo,
si lo primero que aprendemos a aceptar en la vida,
son las mentiras disfrazadas de piedad...
Y así nos evitamos los sufrimientos cotidianos,
porque el paso de los años en el espejo,
no se arregla con labial y poca luz,
ni mucho menos con los llantos en silencio...
No le quites las piedras al camino,
porque tropezar es la mejor manera de aprender,
solo recuerda el lugar donde se encuentran,
para superar los errores y no volver a caer...
Cuanto nos cuesta mantener el equilibrio,
cuando la tensa cuerda que nos une a la vida,
se mueve azotada por el viento,
que a toda costa nos quiere alejar de nuestro destino...
No le quites el sonido al viento,
porque sus murmullos nos traerán los recuerdos,
endulzaran nuestras charlas sin palabras,
y acunaran nuestros secretos verdaderos...
Como un velero fantasma a la deriva,
sin rumbo, sin norte y sin sentido,
con las sombras de ese amor que se ha dormido,
y nos ha dejado en el puerto del olvido...
No le quites la ilusión a nuestros sueños,
si así fuera la vida ya no tendría sentido,
vive soñando aun lo que parezca imposible,
porque solo así nos mantendremos vivos...
Ya es de noche y hace mucho frío,
con un café, un whisky, y algo de abrigo,
leños prendidos en la cabaña de la playa,
y el viento del mar que trae denuevo tu recuerdo a casa...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina 🇦🇷
D.R.A.
