Hombre,
acobardado por el dolor,
eres,
como un niño que perdido,
esta llorando...
Hombre,
acorralado por la intransigencia de la vida,
te sientes perdido y terminado,
todo ha acabado...
Niño,
dile a aquel hombre,
que no llore mas sus miserias,
que al fin y al cabo,
menos la muerte,
todo se soluciona...
Hombre y niño,
den cada uno todo cuanto tengan,
den cada uno a cada instante,
toda su ciencia...
Que en este mundo,
casi agotado,
estamos cansados,
de ver llorar...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
