Venía surfeando por las olas del deseo,
y encalle mi tabla en las playas de tu amor,
camine descalzo por las arenas ardientes,
y me trepé a los médanos de tu fuego interior...
La espuma blanca de la rompiente de tus olas,
baña las costas de tu profundo placer,
y en los arrecifes de tus corales ocultos,
vibra la magia de tu ardiente corazón...
Tu canto lúdico es el hechizo de mis oídos,
tu piel bronceada la majestuosa inmensidad,
como el océano que perfuma tu alma,
con la dulce fragancia de la felicidad...
La brisa de la noche envuelve tu silueta,
refrescando tu piel hasta hacerla tiritar,
con la luz de las velas bailando sensualmente,
haciendo flotar tu cuerpo entre las sombras del amor...
La copa de vino que nos espera con la luna,
servida bien frapé para brindar por este amor,
junto a los tules blancos que vuelan al compás del viento,
hacen que este momento sea un sueño casi irreal...
La fragancia marina que nos huele a sal y especias,
junto con el vino nos sumerge en un sopor,
para que nos quedemos dulcemente abrazados,
besando nuestros labios ávidos de pasión...
El amanecer nos sorprende en la playa,
luego de una noche en la que brilló el amor,
junto con la luna que iluminaba tus cabellos,
y tu hermoso cuerpo que ahora brilla con el sol...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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