La imágen de la luna se refleja en el espejo,
y otra sombra sin su luz muere en la noche,
la belleza es como un susurro para tus ojos claros,
aunque tan solo tu corazón pueda lograr escucharlo...
En el silencio profano su eterno brillo crece,
y la oscuridad eterna se vuelve luz y claridad,
ahora la luna del espejo me llama en silencio, me atrae,
me lleva a un viaje sin fin, flotando sin dirección y sin rumbo...
En el vacío de tu ausencia crece una flor con el perfume de la melancolía,
el viento me susurra tu nombre y mi corazón late con tristeza,
y la memoria es casi un laberinto donde me pierdo,
sin encontrar tu sonrisa o algún recuerdo lejano...
¿Que ilumina la oscuridad de nuestro interior si no hay amor?,
los recuerdos tardan en aparecer porque los llevamos muy adentro,
y junto a esos recuerdos surgen muchas imágenes,
esas que alguna vez fueron una vida llena de amor y pasión...
En este silencio te busco pero solo encuentro sombras,
y aún así te siento cerca en el eco de mi corazón,
tus recuerdos renuevan la ausencia y redoblan la nostalgia,
para sumergirme más y más en esta oscuridad interior...
El río de los recuerdos fluye lento y profundo en mi alma,
y donde las aguas se entrecruzan se encuentran los momentos pasados,
la corriente lleva consigo imágenes de ti y de mí,
sonrisas, lágrimas y palabras que en el tiempo se han desvanecido...
Pero en este río de ausencias donde todo persiste,
el pasado se hace presente dando luz a la oscuridad,
donde cada piedra en sí es algún viejo recuerdo,
y cada ola es un nuevo susurro que me acerca más a ti...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
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