Mirando el mar en una tarde que se nos acaba,
viendo la arena clara, las olas y la espuma blanca,
una gaviota que se posa gracil en una roca,
gorgea contenta como si me hablara y luego se marcha...
Y junto a esa gaviota ahí se va mi corazón errante,
volando por el cielo azul tan calmo de esta bahia,
en busca de mis sueños, en busca de mi vida,
queriendo encontrar el rumbo que me lleve hacia tu sonrisa...
Esa tarde torrida de verano frente al mar,
anocheciendo despacio desde el fondo del horizonte,
desde el océano negro y oscuro como la bella noche,
reflejando un camino con la cálida luz de la luna blanca...
Día tras día me fui con mi gaviota enamorada,
a surcar tus cielos llenos de historias tan románticas,
para seguir encontrándome contigo en cada mirada,
para ser feliz aunque sea en sueños de madrugadas...
Día tras día volé con mi gaviota de playa en playa,
y surque tus cielos abiertos repletos de nuevas esperanzas,
para volver cada anochecer a anclar mi barca,
y cobijarme en tu nido bajo la calidez de tus alas...
Mirando el mar nos conocimos ese verano ardiente,
y año tras año volvemos aquí en busca de nuestro cielo,
para encontrarnos en nuestro vuelo de románticos gorgeos,
reafirmando el amor que tú y yo nos seguimos teniendo...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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