Ahora que todo se termino,
el silencio dice tanto,
el hastío nos gano,
y los caminos se nos cerraron...
Nos derrumbo la indiferencia,
nos supero este momento,
que en realidad es una suma,
de momentos tras momentos...
La rutina aniquiló poco a poco nuestros días,
y la soledad fue ocupando esos espacios,
hasta convertirnos en extraños,
dentro de nuestra propia vida...
Y hoy caminamos por el dolor, viendonos a punto de caer en un abismo,
como una ciénaga en la que nos hundimos,
por el peso de nuestros propios egoísmos...
Y hoy camino por el dolor,
para volver a ser feliz,
con otro rumbo, en otro lugar,
en otros brazos... y con otro amor...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
