Otra noche, otra luna y otro cielo,
otro amor, otra historia de diván,
camisones disfrazados de tibieza,
velos negros de una mujer de Nepal.
Expresiones de una mezcla ambivalente,
detractores de una sutil promiscuidad,
aves rapaces que sobrevuelan a su presa,
y nos dejan cara a cara con la soledad.
Mar de fondo con un fondo avinagrado,
perfume rancio de un hotel sin dignidad,
contingencias de favores reservados,
a individuos con dudosa moralidad.
Sortilegios de culturas diferentes,
tan antiguas como la misma sociedad,
veladores con un trapo en las pantallas,
para no ver la miserable realidad.
Vías muertas que no llevan a ningún lado,
vidas trémulas que aprenden a padecer,
la indiferencia y su efecto cotidiano,
donde el dolor ya ha dejado de doler...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
