Me quede paralizado en el silencio,
perdido por las oscuras calles del miedo,
escondido tras un paredón que me abrigaba,
buscando la tranquilidad que había perdido...
En el duro camino para poder cumplir los sueños,
los mas grandes, esos que resultan casi utópicos,
los que nos dejan poco mas que sin aliento,
haciéndonos creer tal vez que somos mucho mas...
Mientras tanto todo lo demás sigue su curso,
y nos encontramos con tantos secretos que se gritan a voces,
que la vida se nos pasa cada vez mas rápido,
y todo terminará sucediendo mas temprano que tarde...
Me agotó el alma la voracidad de las calles,
me agotó la vida la hipocresía de la gente,
me explotó la conciencia pensar tan diferente,
y tal vez no encajo en este mundo en el que no puedo ser...
Ser y estar,
algo tan simple como una hoja que se lleva el viento,
estar y permanecer,
como la única hoja que ha quedado en el desnudo árbol...
Ser, estar y permanecer,
sobre todo en los momentos volátiles de la vida,
o morir de pie como los árboles, tratando de realizar las utopías que nos mantienen vivos...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
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