Gritos en el cañaveral ahogando el silencio,
a la hora de la siesta en el final de la tarde,
niños que salen a jugar con lo poco que tienen,
para no sentir hambre cuándo no hay nada para comer...
Manchas de petróleo en el mar de los lamentos,
con las barcazas encalladas en la orilla de la nada,
y faros apagados que ya no alumbran las rocas,
ni las trampas mortales del mar de la conciencia...
Cauciones vagas con mordazas ajustadas,
y almas vacías víctimas de la vida cotidiana,
mostrando como la confusión les envuelve la cabeza,
dejándolos siempre detrás y sin solucionar nada...
Vida de gente simple de la mas absoluta simpleza,
olvidados del sistema y de la mano de algún dios,
que no habita en sus moradas ni en sus cielos diferentes,
solo en sus cabezas nubladas que se alejan de la razón...
Gritos en el cañaveral como sordos ruidos del silencio,
gritos a lo lejos a los que ya no se le da importancia,
soledades enfrentadas con las miserias gastadas,
de vidas frágiles usurpadas por la indiferencia de todos...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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