AMAPOLAS...

Un puñado de amapolas detrás de una ciudad,
ciudad vacía donde ya no queda nada,
y una caricia olvidada en un desván,
sigue esperando aun que llegue esa mejilla...

Un camino dibujado entre los cardos,
que nos lleva a transitar por las espinas,
nos acerca y nos aleja todo el tiempo,
como si fuera un laberinto de la vida...

Imágenes del pasado en paredes descascaradas,
llenan nuestros reflejos y nos hacen volver lentos,
reviviendo los años de una soledad brutal,
que creímos haber dejado atrás ya  hace tiempo...

Magnetismo alquimico de la materia viva,
que transforma en oro todo lo que toca,
atrayendo buscadores de pérfidos sentidos,
como plebeyas moscas de putridos festines...

Roedores de almas confinadas en galpones,
y ebrios cerebros codificando corazónes,
son sombras perfectas dentro de la nada,
marcando los limites de unas gotas de sudor...

De amarillo genista se pintan los arbustos,
y las cometas al viento son multicolor,
surcando los cielos celestes y transparentes,
en busca de los sueños que el suelo malogró...

Amapola roja de intenso color encendido,
vuelas con el cometa tratando de polinizar,
tratando de darle tu color al camino,
que dia tras dia has visto pasar...


Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina,
D.R.A.