Me desperté atravesado por el miedo,
la pesadilla fue real como un tormento,
mientras una voz me llamaba dulcemente,
el corazón me pedía no escucharla...
Cuando volví en mi nada existía,
había sido todo una gran patraña,
aunque el dolor que sentía dentro mío,
era un dolor que desgarraba mi alma...
Experimente el terror en carne propia,
fue tan real que hasta sentí su aliento,
fue un segundo que me pareció eterno,
y hasta un escalofrío atravesó mi pecho...
La visión de un espectro oscuro,
sin un rostro pero con mirada,
me buscaba, quería ver mis ojos,
para llevarse la esencia de mi alma...
Cerré mis ojos con todas mis fuerzas,
luche con el señor de las mismísimas tinieblas,
escuche las campanas que develaron el misterio,
y desperté pensando que todo fue un mal sueño...
Las campanas sonaron a las cuatro de la mañana,
y acabaron con la pesadilla que envolvía la escena,
lo que sonó fue el despertador,
y un nuevo dia me esperaba...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
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