El camino que nos lleva al arroyo de las nutrias,
esta bordeado en su márgen de piedras y flores blancas,
el paso de las carretas dejo su huella imborrable,
y el tiempo que ha transcurrido detuvo allí su paisaje...
Los árboles del camino dan la sombra refrescante,
los pájaros en sus nidos los trinos primaverales,
el agua en su recorrido le pone música al cauce,
y el sol refleja en su espejo suaves brillos otoñales...
En la mitad del camino, majestuoso e imponente,
se alza un puente de piedra que une las dos orillas,
un viejo puente de piedra testigo de mil historias,
de Quijotes, Dulcineas, y Sancho Panzas remolones...
El rumor del agua que transcurre bajo el puente,
trae muchas historias y fábulas de otros pueblos,
trae amores que fueron desamores,
y algunas penas que fueron desencuentros...
El arrullo del agua que pasa bajo el puente,
trae promesas que se arrojaron en monedas,
o trae besos robados de repente,
y sueños y deseos que se han podido cumplir...
El agua y el puente eterna pareja de todos los cuentos,
marcaron a fuego una historia sinfín,
que en todos los lugares y en todos los tiempos,
dejaron sus huellas marcadas en ti...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
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