En la morada del circulo de los entes eternos,
de los sueños de la montaña roja de carbón,
la pasión de un Cristo amordazado y doliente,
es la mentira indeleble de la ficción de un pastor...
El silencio de una vertiente de agua que esta seca,
la tristeza de un pájaro en su jaula de cristal,
una noche de lluvia sin estrellas ni luna,
y una fe predicada al mejor postor...
Jardineros de césped sintético abandonado,
recortando los flecos de las piedras de gres,
senderos artificiales de aires acondicionados,
y magistrales recetas para olvidarse del bien...
Helechos mutantes alimentan nuestro cuerpo,
cartones de un bingo que nunca se cantó,
matices violentos de la lucha de los tiempos,
muñecos de trapo en un juego de rol...
Rosas de la vida sin espinas ni hojas,
cardos florecidos sobre un gris paredón,
viseras oscuras nos esconden de la nada,
donde nos sumergimos en busca de algún dios...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
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