Hostias de pan y vino de la vida,
que sacian la sed y el hambre de un buen pastor,
corazones inquietos y espiritus negociantes,
que surfean los misterios en una cruz de papel...
Mariscales de las tierras del país de los silencios,
querubines de una litúrgica y nostálgica canción,
habitantes de modernos y suntuosos monasterios,
que no saben ni siquiera por donde es que sale el sol...
Estigmas que sangraron al partirse nuevamente,
llorando en silencio por esta prueba de dolor,
destellos de coronas de espinas que nos lastiman,
y marcas en el cuerpo que aun causan mas dolor...
Poesía indeleble con una mística real y absurda,
textos nobles arrumbados que acunaron la pasión,
incursiones divididas en crueles historias inventadas,
paraísos terrenales, ángeles y edenes de cartón...
Libros sapienciales tomados como férrea referencia,
poetas de camposantos glorificando el dolor,
tumbas frías de mármoles fríos y sagrados,
yermos recuerdos de la crucifixión...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
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