La luz de un nuevo amanecer,
alumbra la dirección del transito de mi destino,
llego, me instalo, disfruto y desaparezco,
un círculo vicioso que arrastro desde pequeño...
Me voy por el camino descalzo,
pero siempre estoy volviendo del olvido,
porque todo lo que se va de nuestra vida,
nunca se va del todo y regresa por uno mismo...
Los recuerdos guardan todo en la memoria,
la memoria que codifica los registros,
la ciudad tiene un lugar escondido para mi,
tan solo tengo que encontrar esos caminos...
Nubes de polvo ocultan el ripio de la ruta,
fardos de alfalfa apilados frente a los establos,
y los relinchos de una yegua que esta inquieta,
por la comadreja que abandonó su madriguera...
La urbe me reclama y nuevamente regreso del olvido,
a cumplir el ciclo establecido,
como la crisálida que al fin de su misterio,
muta en mariposa para volver a su destino...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
D.R.A.
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