He visto llorar una pequeña rosa,
y ha sido el día que me dijiste adiós, en ese mismo instante supe muy dentro mío,
que su fragancia ya no te pertenecía...
En el jardín de los suaves cerezos,
los ruiseñores cantan en el alba,
y las perfumadas mañanas de la primavera,
nos regalan los aromas de sus esencias naturales...
La frágil rosa que se sentía protegida,
por tus manos firmes que sus pétalos acariciaban,
se dio cuenta y sintió el cruel abandono,
y por temor se escondió tras de sus hojas...
En el jardín de los cerezos floridos,
se marchitan las hermosas flores,
porque la rosa que era la princesa,
dejo al príncipe que cortejaba sus amores...
He visto llorar una pequeña rosa,
la he visto porque ha llorado conmigo,
el dia que rompiste mi corazón,
y te fuiste dejando atrás nuestro jardín florido...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina 🇦🇷
D.R.A.
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