Una noche cuando llegaba caminando a casa,
sentí que venías despacito tras de mi,
cuando llegamos a la puerta me miraste con ternura,
nos cruzamos la mirada y ya no me pude resistir...
Tenias esa carita súper dulce y tan bonita,
y unos ojitos con lagrimas que me suplicaban anda abre ya,
que me decían con dolor desde el fondo de esa mirada,
me abandonaron tantas veces por favor, ¡ ya no otra vez mas !...
Llegaste a mi vida en una noche cualquiera,
y compraste mi corazón desde el momento en que te vi,
a partir de ese instante fuiste parte de mi vida,
y a partir de ese momento no nos separamos mas...
Te adueñaste de la casa, del sillón y de mi cama,
y le devolviste la alegría que le faltaba a mi hogar,
se fueron algunas plantas que al parecer no te gustaban,
pero llenaste mi vida con un amor de verdad...
De repente mi ropa se ha llenado de pelos,
los trapos de piso se comenzaron a romper,
en el jardín aparecieron unos cuantos agujeros,
y en las mañanas tu nariz me empezó a despertar...
Cuando llego a casa se ilumina tu mirada,
esa cola como un látigo que no paras de bambolear,
vienes con tu galleta, tu chiche y tus morisquetas,
y con tus ladridos me cuentas cuanto me extrañas...
Desde aquella noche que seguiste mi camino,
te acurrucaste en el living de mi corazón,
desde que llegaste sos una mas de la familia,
me llenas de alegría y sos la reina del hogar...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
©2021 - D.R.A.
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