Era un hombre maduro que estaba de vuelta de la vida,
y tu una joven mujer que empezabas a volar,
nos vimos en un parque estabas con tus amigas,
me atrapo tu mirada y no lo pude remediar...
Quede cautivo de tus dulces ojos grises,
yo que creía que no me volvería a enamorar,
porque la vida me había castigado tantas veces,
y una vez mas me volvía a descolocar...
Trajiste de nuevo la primavera a mi otoño,
y las golondrinas otra vez volvieron a volar,
surcaron mi cielo y despejaron mi tormenta,
y renacieron con ellas mis ganas de soñar...
Le diste calor a mi destemplado invierno,
arropaste mis miedos y volví a confiar en el amor,
me diste luz y ahuyentaste mis sombras,
cobijaste mi alma y me hiciste despertar...
Me entregue por completo y fui compinche en tus locuras,
me enseñaste a disfrutar del amor de otra manera,
le diste sentido a mi eterna vida sin rumbo,
y conocí un amor verdadero como jamás había vivido...
Me enseñaste a caminar con otros pasos,
me acompañaste a ser yo mismo una vez mas,
fuiste el complemento para mis sueños imperfectos,
y fuimos el todo que dejo en la nada a los demás...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
©2021 - D.R.A.
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