02 abril 2022

CONSAGRADOS...




El portal de la calle veintiséis,
ha sido testigo de esos besos,
de esas miradas que se pierden en el cielo,
de zaguanes urgidos de deseos...

Las tardes de paseos en la alhambra,
o las caminatas en las orillas del río,
viendo las mariposas que volaban alrededor de ti,
sintiendo como se ruborizaban tus mejillas...

Un té helado con azúcar y limón,
o una limonada para aplacar ese calor infernal,
tu abanico que se agita porque te falta el aire,
y una mesa coqueta a la sombra del viejo álamo...

Los caminos de tierra sacudidos por las carretas,
los caballos sedientos de sombra y agua,
y ese sendero del campo que nos llevaba,
a nuestro paraje de amor de aquellos años...

La vida nos llevo por muchos sitios,
donde cambiamos las formas y los sentidos,
donde maduramos y crecimos hasta poder alcanzar,
lo mejor y lo peor de nosotros mismos...

Fuimos la mejor versión de nuestro amor,
los escultores del mismísimo  deseo,
los amantes de la calle veintiséis,
que inmolaron sus almas en la lujuria de ese amor...

Dos seres envueltos en una turbia pasión,
de amores prohibidos y en pecado,
dos seres que debieron soportar la incomprensión,
y el dedo inquisidor de la gente...

Historias difíciles para un pueblito de campo,
donde vivían gentes de culturas simples,
sociedades cómodas con la mentira,
y masitas de chocolate para la hora del té...

Nunca nos perdonaron lo que nació entre los dos,
nunca entendieron que solo eramos un hombre y una mujer,
que renunciamos a todo por amor,
aunque los dos estábamos consagrados a Dios...




Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
© 2022 Derechos
Reservados Autor

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