El amor me dejo ahí tirado,
en un rincón de una habitación vacía,
abrazado al dolor de tu abandono,
y a la fragilidad de mi alma hoy herida...
Sucumbi a los deseos de tu cuerpo,
me entregue entero a la pasion de tus caprichos,
esos caprichos que tu corazón dictaba,
como el ritual de un amor de adolescentes...
El tiempo desgrano todas sus horas,
para que no te fueras nunca de mi lado,
para que no nos quedaramos vacios,
de tiempo, de sueños, y de amor...
La fragilidad de nuestro mundo escondido,
era como una efímera pompa de jabón,
y nuestra vida de amantes clandestinos,
duró lo que tardaron en esfumarse dos suspiros...
Los suspiros de ese amor que ya se ha ido,
que agonizó en el corazón antes que en el cuerpo,
que nos dejo vacíos de esperanza,
porque se nos rompió en el alma como si fuera un papel...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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