DOÑA LOLA...

Esta tarde sucumbi leyendo un relato de una querida amiga gallega,
apenas lei la palabra gaita en esos versos,
intuí que me iba a golpear de frente con los recuerdos,
y como era de esperar, me atrapó un relato casi mágico que me llevo a soñar despierto...

Vi allí en ese relato a una señora que supuse sería su madre aún sin conocerla,
cebando esos mates con gusto a mamá que nunca más volvimos a saborear,
esos mates con charlas y tardes de lluvia placentera,
esos mates que a lo largo de la vida te dejan sin dudas muchas,  muchas enseñanzas más...

Y de repente ya no supe si eran mi amiga y su madre o si eramos mi madre y yo,
mientras seguía escuchando el dulce y atrapante sonido de la gaita,
acomodando mis lágrimas en una impaciente fila,
para que salieran de mis ojos y cayeran en ese mate que estaba cebando...

Me pareció que de fondo se sentía la voz de mi madre,
que me decía que el camino de los recuerdos era el camino en el que siempre la iba a encontrar,
en el camino que me podia refugiar para conectarme con ella,
cada vez que sintiera la necesidad de volver a mis fuentes...

Estos relatos hoy tuvieron en mi un efecto de regresión y paz,
y particularmente me hicieron sentir como un crío berreando,
aún en los brazos de esa generosa alma gallega,
que fue mi doña Lola, mi madre...



Eduardo Garrido
Buenos Aires
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