30 julio 2024
FEHU...
Las manos tamborillean en el aire la melodia de una vieja runa,
amasando en silencio el agudo sonido del viento,
como un viejo alfarero moldeando la arcilla en la mesa de su taller,
donde el polvo de la vida es la diferencia entre ser o estar...
Desde el fondo de la tierra sube el rumor cansado,
de los caminos sin tiempo que nos llevan rumbo al sausal,
con el aire perfumado que mecen las hojas del silencio,
de un alma que comienza a despertar de su letargo otoñal...
Esa melodia cansina de los quejidos del viento,
inquieta aún más los misterios que esconde el sórdido pedregal,
la bahía aún duerme a las seis de la mañana,
y los secretos de la noche se vuelven a esconder en la soledad...
Otro mantra dedicado a las cosas de todos los días,
el agua que baja por las acequias nos regala sus dosis de vida,
la tierra nos vuelve a aceptar en su ciclo de fertilidad,
y Fehu nos regala su prosperidad, abundancia, riqueza y bienestar...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
© 2024 Derechos
Reservados Autor
23 julio 2024
PAROXISMO...
Camino en medio de esta urbe gris y de pronto formó parte de la niebla,
me vuelvo sobre mis pasos tratando de no perderte,
porque mis pasos siempre van tras el rumbo de tus pasos,
como queriendo seguir el dulce aroma de tu piel...
La niebla cerró la noche de golpe aferrándose al aire,
pero aún así mis pasos me llevan a ciegas detrás de tu pragmatismo,
un versátil pensamiento sobrevuela como un aguila los cielos del ayer,
y el húmedo aliento de esa noche asfixia mis pulmones exhaustos...
Adormecidos los recuerdos me esperan en un galpón de la memoria,
como si fueran sutiles marionetas cubiertas por el polvo del olvido,
casi como centinelas de las puertas del que fuera nuestro templo,
donde guardamos las reliquias de lo que fue un gran amor...
Experimento una sensación única casi imposible de explicar,
perdí la noción del tiempo y del espacio,
el segundero de mi corazón se acelera al extremo,
cuando te acercas a mi y seduces mi piel mutilada...
Mis pupilas dilatadas solo llenan de luces mi cerebro,
espasmos psicodelicos bailan al ritmo de tu musica electrónica,
mis pasos van sobre tus pasos y ya estoy por alcanzarte,
y es el momento en el que sueltas una negra caja de Pandora...
Todos los demonios confluyeron dentro de mi,
y este paroxismo me subyuga a la debilidad de la consciencia,
para yacer en silencio bajo la inmensidad de tu deseo,
y entregarte de mi hasta la última gota del placer de mi cuerpo...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
© 2024 Derechos
Reservados Autor
06 julio 2024
LÚDICO AMANECER...
Estas lágrimas de amor que caen en la quietud de nuestra madrugada,
para pintarnos los labios con el sabor de la nostalgia,
en versos que nos hablan del dolor de un amor que ya se ha ido,
y de un pecho estrujado por el peso de la soledad...
Los susurros al oído en la voracidad del tiempo,
de pasiones clandestinas que se consumen con el viento,
rosas negras sobre un lecho de sutiles sábanas blancas,
y velas rojas encendidas para los hechizos de febrero...
Corazones atravesados por puñales de plata madre,
infusiones dulces de aromáticas pasiones,
conjunciones magnéticas de lunas y soles yuxtapuestos,
como amores enfrentados a través de las propias emociones...
Mercaderes del amor como si fueran feriantes persas,
subyugados egoísmos encerrados bajo siete llaves,
en un egocéntrico momento como si fuera el ombligo de un mundo,
desplazado hacia el espacio como una inerte materia...
Estos versos de amor que sangran lágrimas contenidas en un suspiro,
erizandonos la piel con el aroma oculto de todas sus feromonas,
entregándose a su plenitud en esas intensas madrugadas,
para confluir en un romántico y lúdico amanecer de placeres encontrados...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
© 2024 Derechos
Reservados Autor
02 julio 2024
AUSENTE SIN AVISO...
La calle está vacía, hace frío y está lloviendo,
la posada también está vacía y hace más frío que afuera,
el silencio se escucha desde el hueco del corazón,
y para la poca gente que nos mira no existimos...
El cielo suelta toda su culpa sobre nosotros en forma de lluvia,
un aguacero feroz que nos cala hasta los huesos,
y el tiempo gatilla sobre la razón como si fuera una ruleta rusa,
mientras el reloj marca que son las diez de la noche...
Como sobrevivir hasta el amanecer sin otra noche,
para qué intentar cruzar el río sin saber nadar,
es como pedirle otro susurro mas a los rumores del viento,
¿y para qué?, si ya no me hablarás al oído como ayer...
El tercer ojo del alma custodia la posada de las nubes,
los postigos se cierran cuando llega el amanecer,
la vieja estufa tose todo el hollín que guarda en su chimenea,
y las gárgolas vuelven a sus lechos de piedra una y otra vez...
La urdimbre del viejo telar está enredada como una telaraña,
atrapando las moscas que estaban en el mantel,
los cristales de murano sin brillo lucen como viejos fetiches,
y las meretrices de la posada se reúnen para tomar el té...
El hedor de la habitación usada se mezcla con el aroma de la lavanda,
y el preticor de la tierra mojada se matiza con los jazmines,
una partitura sobre el piano espera que llegue la ocasión,
aunque otra vez esta noche el amor estuvo ausente y sin aviso...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
© 2024 Derechos
Reservados Autor
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