10 agosto 2024
CUARENTA Y TRES...
Flores llenas de ausencias ocupan los silencios que fluyen al amanecer,
en bocas calladas que se muerden los labios para no contestar,
se nubla el reflejo de la luz con las lágrimas en mis ojos,
y los secretos ocultos me duelen tanto hasta no poder respirar...
Un libro dejado hace tiempo en la página cuarenta y tres,
sobre la mesa el café que quedó en un compás de espera,
en las ventanas quedaron las huellas de nuestro silencio,
y en la lámpara de sal se esconde el espectro de tu alma...
Octubre llega arropado con su fría primavera a cuestas,
y de las flores de esas ausencias se suelta el primer perfume,
las calas al lado del aljibe son como una mancha blanca,
sobre una sábana verde que brilla con los rayos del sol...
Después del almuerzo somnoliento el balcón me llama para una siesta,
el llamador de ángeles me promete no molestar,
las ausencias pesan más a medida que pasan los años,
y los años pesan menos porque como vienen se van...
Una vez mas me dejo llevar por el sopor de la siesta,
y veo el viejo libro estancado en la página cuarenta y tres,
como si contara las ovejas que se escapan de mi rebaño,
cuarenta y uno, cuarenta y dos, y siempre me detengo en la página cuarenta y tres...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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