EL JARDÍN DE LOS CEREZOS...

Uno se siente pequeño en el jardín de los cerezos,
aqui florecen los sueños y se liberan las almas,
la primavera se desangra en un baño de luz y sombras,
y los árboles son los viejos centinelas de la memoria que vigilan...

El pasado se desvanece como la niebla en el amanecer,
y las flores del cerezo son sutiles lágrimas de jade,
que caen al suelo como secretos que se revelan,
cuando el viento susurra historias de amor y de pérdidas...

Amores y pérdidas en un lenguaje que solo conocen los árboles,
en este jardín de ensueño, donde la realidad se desdibuja,
donde la belleza y la melancolía se entrelazan para ser una sola,
como si fueran un haikú sin tiempo en el jardín de los cerezos...

Como el reflejo de las almas que desde un espejo nos miran,
cuando las flores caen y el invierno llega,
el suelo se convierte en una suave alfombra de jade,
y el jardín sigue vivo en el corazón de la memoria...



Eduardo Garrido
Buenos Aires
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