Si hubiera sido Benedetti te hubiera pedido que hagamos un trato,
o quizás te hubiera dicho que mi táctica era mirarte y amarte,
aunque sabras de sobra porque me conoces bien,
que te quiero porque sos mi amor, mi cómplice y todo...
O tal vez si hubiera sido Galeano,
te habría hablado de todos nuestros miedos,
de la cultura del envase donde solo importa lo supérfluo,
donde a lo de afuera le damos mas importancia que a lo de adentro...
O quizás de los fuegos grandes y los fuegos chicos,
de la gente con chispa y la gente que nunca alumbra,
y decirte que ojalá tuviéramos todos el coraje de estar solos,
y a la vez la valentía de arriesgarnos a estar juntos...
A lo mejor si hubiera sido Neruda te habría dicho,
cuantas veces amor te ame sin verte,
sin ver tu hermoso y enigmático cuerpo de mujer,
con tus blancas colinas y tus muslos blancos...
O te hubiera dicho mujer que si dejabas de amarme,
yo también te dejaría de amar poco a poco,
pero si una flor sube a mis labios a buscarme,
en mi nada se apaga porque mi amor se nutre de tu amor...
Pero no soy Benedetti, Galeano ni Neruda,
solo soy un hombre atrapado en las redes de tu amor,
donde tu cuerpo puede con mis debilidades de hombre,
y tu corazón maneja a gusto y voluntad mis latidos...
Mas allá del tiempo que estuve contigo,
nunca fui ni seré una página de tu vida,
pero creo que jamás podrás olvidarme,
porque aunque no lo digas he sido muy importante para ti...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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