Cayeron lágrimas por mi mejilla luego de un lúgubre adiós,
se me apagó la luz del cielo y mis ojos comenzaron a llorar,
no pude con el silencio y en el pañuelo de las amarguras,
mis lágrimas fueron los recuerdos de un hombre y una mujer...
Camine por el desierto de este amor hecho pedazos,
enojado con la luna y peleado con el mar,
le pedí explicaciones a la vida por esas risas burlonas,
y termine pasado de copas tirado en la puerta de un bar...
Donde el alcohol fue mi consuelo y el olvido mi refugio,
pero incluso estando ebrio tu recuerdo me persiguió,
como un fantasma que me acecha y no deja que me escape,
de la realidad que me duele hasta en la propia identidad...
Camine por el desierto de este amor hecho pedazos,
con la soledad de compañera y el viento como mudo testigo,
de la muerte de un amor y del fin de otro sueño,
donde solo quedan los recuerdos mezclados con la amargura de un adiós...
Le pedí explicaciones a la vida por sus risas socarronas,
pero solo obtuve silencio y la indiferencia de la soledad,
que sigue girando sin importarle absolutamente nada,
dejándonos sobre el cuerpo rastros de cenizas y dolor...
Y ahora estoy aqui abrumado en la puerta de un bar,
con el alcohol dentro de mi alma y para refugiarme el olvido,
pero incluso sumido en la ebriedad tu recuerdo me persigue,
y me hace recordar que alguna vez fuimos un hombre y una mujer...
Eduardo Garrido
Buenos Aires
🇦🇷 Argentina 🇦🇷
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